lunes, 27 de agosto de 2007

Las alforjas


Dijo un día Júpiter "Comparezcan a los pies de mi trono los seres todos que pueblan el mundo. Si en su naturaleza, encuentran alguna falta, díganlo sin empacho: yo pondré remedio. Venid, señor mono, hablad el primero; razón tenéis para este privilegio. Ved los demás animales; comparad sus perfecciones con las nuestras. : ¿Estáis contento?-¿Por qué no? ¿No tengo cuatro pies, lo mismo que los demás? No puedo quejarme de mi estampa; no soy como el oso, y creyeron todos que iban a oír largas lamentaciones. Nada de eso; se alabo mucho de su buena figura; y se extendió en comentarios sobre el elefante, diciendo que no seria malo alargarle la cola y recortarle las orejas; y que tenía un corpachón informe y feo.
El elefante, a su vez, a pesar de la fama que goza de sesudo, dijo cosas parecidas :opinó que la señora ballena era demasiado corpulenta .La hormiga , por lo contrario, tacho al pulgón de diminuto.

Júpiter, al ver como se criticaban unos a otros, los despidió a todos, satisfecho de ellos. Peo entre los más desjuiciados, se dio a conocer nuestra humana especie. Linces para atisbar los flacos de nuestros semejantes; topos para los nuestros, nos lo dispensamos todo, y a los demás nada. El hacedor supremo nos dio a todos los hombres, tanto a los de antaño como a los de ogaño, un par de alforjas: la de atrás para los defectos propios, la de delante para los ajenos.

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